La gingivitis, también llamada enfermedad de las encías o enfermedad periodontal, describe lo que sucede cuando empiezan a crecer las bacterias en tu boca y puede terminar si no se trata bien con la pérdida de los dientes debido a la destrucción del tejido que rodea y sostiene los dientes. (La gingivitis y la periodontitis son dos fases distintas de la enfermedad de las encías.)

La gingivitis puede invertirse en casi todos los casos cuando se practica un control de la placa apropiado. El control de la placa apropiado consiste en limpiezas profesionales por lo menos dos veces al año y cepillado de los dientes a diario además de uso de hilo dental. El cepillado de los dientes elimina la placa de la superficie de los dientes a la que llega el cepillo; el uso del hilo dental elimina las partículas de comida y la placa de entre los dientes y de debajo de la línea de las encías.

Otros cambios en cuanto a salud y estilo de vida que pueden reducir los riesgos, la severidad, y la velocidad a la que se desarrolla la enfermedad de las encías incluyen las siguientes:

  • Parar de fumar – El uso del tabaco es un factor de riesgo considerable para desarrollar periodontitis. Los fumadores tienen siete veces más la posibilidad de contraer periodontitis que la gente que no fuma, y fumar puede disminuir la posibilidad de éxito de algunos tratamientos.
  • Disminuye tu estrés – El estrés puede hacer que sea difícil para el sistema inmune de tu cuerpo para luchar contra las infecciones.
  • Mantén una dieta bien equilibrada – Una nutrición apropiada ayuda a tu sistema inmune para luchar contra las infecciones. Comer alimentos con propiedades antioxidantes. Por ejemplo, aquellas que contiene vitamina E (incluyendo los aceites vegetales, las frutos secos, y los vegetales de hoja verde) o vitamina C (incluyendo las frutas cítricas, el brócoli, y las patatas) pueden ayudar a tu cuerpo a reparar el tejido dañado.
  • Evita apretar y rechinar los dientes – Estas acciones pueden poner un exceso de fuerza en los tejidos de apoyo de los dientes y pueden aumentar la velocidad a la que estos tejidos se destruyen.

Ciertos síntomas pueden apuntar a que existe alguna forma de dicha enfermedad. Estos incluyen:

  • Encías que sangran durante y después de haberse lavado los dientes.
  • Encías rojas, hinchadas o sensibles.
  • Mal aliento persistente o mal sabor de boca.
  • Encías que se echan para atrás con facilidad.
  • Formación de bolsas profundas entre los dientes y las encías.
  • Dientes que están como sueltos o que se mueven con facilidad.
  • Cambios en la forma que los dientes encajan cuando muerdes, o en el encaje de dentaduras parciales.
Fuente: Dr. Adrián Guillen/Consultor y auditor médico para empresas de seguros/ Especialidad Medicina General.